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¿Qué es el Código ETI y por qué es clave para la sostenibilidad empresarial?

¿Sabías que muchas empresas fracasan en sus auditorías éticas no por falta de voluntad, sino por desconocer el marco mínimo esperado?


El Código ETI (Ethical Trading Initiative) no solo es una guía para mejorar las condiciones laborales: es una base estratégica para operar de forma ética, competitiva y sostenible en mercados globales cada vez más exigentes.


El comercio ético implica prácticas responsables que respetan los derechos humanos, laborales y ambientales a lo largo de toda la cadena de suministro.
El comercio ético implica prácticas responsables que respetan los derechos humanos, laborales y ambientales a lo largo de toda la cadena de suministro.

¿Qué es el Código ETI?


El Código ETI es un conjunto de principios inspirados en las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), creada por la Ethical Trading Initiative , una alianza que reúne empresas, sindicatos y organizaciones de la sociedad civil. Su objetivo es garantizar condiciones laborales justas y éticas en las cadenas de suministro a nivel mundial.


Los 9 principios del Código ETI incluyen:


  1. Empleo libremente elegido (sin trabajo forzoso ni esclavitud moderna).

  2. Libertad de asociación y derecho a la negociación colectiva.

  3. Condiciones de trabajo seguras e higiénicas.

  4. Prohibición del trabajo infantil.

  5. Salarios dignos que cubren necesidades básicas.

  6. Horarios laborales no excesivos.

  7. Prácticas de empleo justas y no discriminatorias.

  8. Empleo regular, sin precario.

  9. No trato inhumano o degradante.

    Basado en los convenios de la OIT, el Código Básico establece estándares mínimos laborales aplicables en todas las operaciones y proveedores.
    Basado en los convenios de la OIT, el Código Básico establece estándares mínimos laborales aplicables en todas las operaciones y proveedores.

¿Por qué es clave para la sostenibilidad empresarial?


1. Exigencia de los mercados internacionales

Muchas auditorías sociales como SMETA (Sedex Members Ethical Trade Audit) están alineadas con el Código ETI. Si una empresa quiere exportar, integrarse a cadenas de suministro globales o mantener certificaciones de responsabilidad social, debe cumplir con estos estándares.


2. Reducción de riesgos reputacionales

El incumplimiento de las normas laborales o la presencia de trabajo infantil en la cadena de suministro puede provocar crisis de imagen. Implementar el Código ETI previene estos riesgos y fortalece la confianza de clientes e inversionistas.


3. Fomento del compromiso interno

Aplicar el Código ETI no es solo “para la foto”: mejora el clima laboral, reduce la rotación de personal, y eleva la productividad al reconocer derechos y dignidad a las personas trabajadoras.


4. Alineación con los ODS y ESG

Las empresas que integran el Código ETI avanzan en metas clave de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) , especialmente el ODS 8 (trabajo decente). También cumplen con criterios ambientales, sociales y de gobernanza ( ESG ) que los inversores exigen cada vez más.


Conclusión: Más que un código, una brújula ética.


El Código ETI es más que un checklist para pasar una auditoría: es una guía estratégica para que las empresas sean competitivas y responsables en un entorno global donde la ética y la sostenibilidad ya no son opcionales. Es una herramienta que permite construir una cultura empresarial sólida, basada en la transparencia, el respeto y el compromiso con las personas.


Reflexión personal.


En mi experiencia como consultor, vio cómo las empresas que adoptan el Código ETI no solo mejoran sus resultados ante auditorías, sino que ganan algo más valioso: credibilidad y coherencia. En un mundo donde los consumidores y clientes quieren saber cómo se hacen las cosas, no basta con decir que somos éticos: hay que demostrarlo con acciones, y el Código ETI es un excelente punto de partida.


 
 
 

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